El
penúltimo en entrar en liza fue Feijoo, Alberto Núñez. Aquello era
demasiado. Ya venían hasta de provincias. El primo paleto. ¡Otro
gallego! Alejado de las intrigas de la Corte, caballero revalidado en
urnas en medio del chaparrón de la crisis, Feijoo venía montado el
caballo blanco de Santiago, reluciente, triunfante, limpio de polvo y
paja, con la gallardía de los Guapos en sazón. Pero se dio
demasiada prisa.
Foto: ??