18.- Mariano es Rajoy

Romay Beccaría, Daniel Barata, Fraga, Rajoy y Cuiña en los felices días No Millor País do Mundo

En 1990, el año que Bárcenas abrió la cuenta en el Dredsner Bank, Mariano Rajoy pidió al Colegio de Registradores que arreglaran su situación en Santa Pola para que nunca nadie pudiera echarle nada en cara. Mariano era entonces diputado en el Congreso, vicepresidente del Partido Popular y titular del Registro de la Propiedad de Santa Pola. Su Colegio puso a Rajoy en Servicios Especiales y dio el registro a su viejo amigo Francisco Riquelme, de la misma promoción que Rajoy, a la sazón registrador en el partido vecino de Elche, ex-registrador en Lalín y compadre de Xosé Cuiña, que ese año dejaba la alcaldía de Lalín y la presidencia de la Diputación de Pontevedra, pues sí, la vieja Casa de Rajoy, y se pasaba a la Xunta de Galicia para acabar convirtiéndose en el delfín de Fraga y cabeza de los de la boina, sección galaica del PP enfrentada a los del birrete que encabezaría Romay Beccaría. Mariano y Romay acabarían dándole la patada a Cuiña en 2001 gracias al Prestige y poniendo en su lugar al Feijoo, que no hay mal que por bien no venga, mira. Una de las primeras cosas que hizo Feijoo desde su puesto de conselleiro de Obras Públicas fue dar su visto bueno a la total privatización de la Audasa, la autopista en la que Andrés Muntaner Pedrosa, amigo de juventud y caribes de Mariano Rajoy, lleva como consejero y director general toda la vida, a pesar de todos los cambios accionariales y de propiedad, la autopista que en 2003, recién desembarcado Feijoo en la Consellería, nombró comisarios a Luis Bárcenas y Jorge Trias para sindicar un préstamo de 180 millones de euros.

¡Hay que ver cómo se entrecruza la vida e intereses de esta gente!

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